A medida que pasan los años, y los trabajos se van acumulando y empezás a conocer más y más clientes, empieza a hacerse obvio que cada bici termina contando algo sobre sus dueños y también sobre vos. A veces queremos verlas como un pasatiempo, pero lo cierto es que son herramientas sociales que nos hacen acumular experiencias y compartir con otras personas. Este trabajo en particular tiene un pequeño detalle que a mi personalmente, me pareció bastante conmovedor y es un reflejo de eso mismo que les estoy diciendo.
Primero que nada, hablemos sobre el trabajo en sí y luego les cuento un poco sobre ese detallito.
Quizás muchos de uds piensen que nosotros inventamos o imaginamos desde cero cada trabajo que nos llega. La realidad es que en general ustedes ya tienen bastante definida sus ideas y las cosas que quieren y si acaso, nosotros lo que hacemos es refinarlas y sugerir algún pequeño cambio que otro y nada más.
Nos contactan preguntando si podíamos hacer esto:
De hecho, era una de las ideas que habían salido para el trabajo anterior a este (que al final se tomó la decisión de hacer algo distinto). A veces es dificil identificar detalles específicos sobre los trabajos a partir de una foto, pero la idea principal se entendió perfecto y nos pusimos a trabajar en eso.
Como siempre lo más engorroso de las bicicletas en fibra de carbono es la cantidad de tiempo que consume la preparación de las piezas. Sobre todo esta, es una de las bicis más grandes que debe haber y además de eso, viene con varias piezas extra además del cuadro y la horquilla que hay que pintar también.
Luego de un par de días de trabajo, ya estuvimos listos para empezar a primear y pintar las piezas. El diseño si bien no es algo dificil en general, al trabajar con pigmentos traslucidos es algo complicado de valorar si te está quedando bien o si estás satisfecho con él hasta el momento en que lo barnizas. Y como es de esta forma, una vez que lo sellaste ya está. Que sea lo que Dios quiera digamos, jajaja. Obviamente, si no estás conforme simplemente lo volves a despintar y lo hacés las veces que sea necesario hasta que estes satisfecho.
Gracias a Dios, la vez anterior con la Émonda y esta vez, quedé conforme con el resultado final. Creo que quedó muy similar a lo que era la idea original (tomando en cuenta que es imposible que con ese efecto salgan 2 iguales porque son patrones aleatorios).
Bueno, ahora sí. A los que siguieron leyendo hasta acá les cuento el detalle que más me gustó sobre esta bici. El dueño nos pidió si podíamos agregar un avión en alguna parte del diseño y le dijimos que sí, que no había problema. A lo que nos cuenta que uno de sus mejores amigos había fallecido recientemente y que ese era el apodo que tenía. Era importante para él no solo por el recuerdo de esta persona sino porque además, en cierta parte de sus vidas compartían la misma bici para entrenar. Entonces, personalmente, me pareció un detalle muy lindo y lo agregamos. La historia tiene un par de matices más, pero considero que son bastante íntimos así que creo que con eso alcanza y sobra para que se hagan una idea del valor sentimental que tiene este trabajo para nosotros y también para su dueño.
El avioncito que agregamos fue este:
A veces resulta muy dificil dibujar cosas más detalladas que esas en lugares tan chiquitos como lo son los cañitos de las bicis, pero lo importante es que allí está y también lo está el sentimiento que hizo posible que estuviera allí en primer lugar.
Espero que les haya gustado el resultado final y nos vemos en las redes sociales con más trabajos pronto.